jueves, 15 de enero de 2015

Treinta días en el infierno - Capítulo 1.


Capítulo 1: Introducción.

Martes 2 de Septiembre de 2014.
     Un barco navega por aguas cercanas al Triángulo de las Bemudas en una expedición. Su tripulación está compuesta por Luke, el capitán, con aspecto duro. Su experiencia en navegación era más que envidiable. Henry y Amy se ocupan del mantenimiento, además del buen funcionamiento del barco y las diferentes máquinas que utilizarán para la realización del trabajo. Estudiaron juntos Ingeniería en la Universidad y llevan años trabajando como si fueran una misma persona, y, aunque son buenos en lo suyo, Frederick es mejor. Tiene un talento especial que le permite arreglar lo que otros darían por perdido. A pesar de ello, es el becario más joven de mecánica, y lo utilizan como chico de la limpieza.
     Los jefes de expedición son Jane Fisher y Andrew Bellamy. Es la primera vez que trabajan juntos. Sus respectivos jefes decidieron que harían un buen equipo, cada uno con sus conocimientos en meteorología y formación de tormentas. Jane era escéptica al principio, los delirios de grandeza de Andrew sacaban lo peor de ella. Aceptó el viaje porque El triángulo de las Bermudas le parecía un buen lugar, donde podrá estudiar los repentinos cambios climáticos que sufre un área con tanta historia.
     El último del equipo es Thomas. No sabe nada de meteorología, y sus conocimientos sobre barcos se limitan a saber que  si se marea, debe colocarse en la proa. El motivo de su inclusión en este viaje se limita a sus conocimientos sobre estudios de sucesos paranormales, y a que su tío financia la expedición. Todos en el barco lo tachan de loco, y hacen constantes burlas sobre sus múltiples historias de monstruos marinos, puertas a otras dimensiones, y fantasmas.
     Acaban de llegar a la Zona D. Cuadrante situado en el centro del triángulo. Jane y Andrew pretenden empezar a recoger datos sobre la temperatura ambiente y temperatura del mar.
     - ¡Así nunca acabaremos! Se está haciendo de noche y las temperaturas caerán de una manera exponencial. Cuando tengamos todo el equipo preparado será demasiado tarde para empezar con los primeros cálculos, te dije que debiamos prepararlo por el camino. - Gritaba Jane a su compañero.
     - Con el oleaje no habríamos podido ajustar todos los parámetros. No es mi culpa que este barco sea lento. ¿Por qué no nos vamos a dormir, guapa?,podemos comenzar por la mañana, no hace falta enfadarse- Le contesta Andrew con intención de sosegar su enfado.
     - Reconoce que preferías tomar el sol en cubierta que trabajar. ¡Estoy harta de ti estúpido egocéntrico! - Jane sale de la sala de investigación con un portazo que se siente a lo largo del barco, y camina dirección a su camarote. Por el camino, se encuentra con Thomas leyendo en el suelo del pasillo.
    - ¿Que se supone que haces aquí tirado? En tu camarote leerías más comodamente y no ocuparías el pasillo, algunos hemos venido a aquí a hacer algo serio, procura no estorbar.
     - Es la primera noche y ya estamos justo en el centro del problema. No pienso dormir en mi camarote, si el barco se hunde podría quedarme encerrado en él. Dormiré a la interperie. - Contesta Thomas creyendo fielmente en sus palabras.
     - Chiflado... - Susurra Jane, y aunque Thomas llega a escuchar, se abstiene de contestar. Sabe que tiene razón al estar preocupado, y no va a justificar ninguno de sus actos. 
     Empieza a anochecer, y Thomas decide subir a lo alto del barco. En la cubierta se encuentran todos los demás jugando una partida de poker. Luke está fumando un puro y desprende humo de su boca como si fuera una chimenea más del barco. 
      - ¿Qué haces aquí chico? - Le pregunta quitandose el puro de la boca.
     Thomas duda por un momento sobre si decir la verdad, o simplemente eludir la pregunta y las diferentes burlas que proseguirían a su contestación. - Estaba un poco mareado y decidí tomar un poco el aire.
     - ¡Ven con nosotros! Luke es un desastre jugando, conseguirás sacarle toda la pasta por muy nobato que seas. - Le insiste Amy.
     - No gracias, creo que voy a pasar... - Contesta Thomas mientras camina hacia un rincon del barco y se acomoda con la manta en el suelo.
     - Déjalo, es un poco rarito. - Le dice Henry a su compañera.
     Oscurece y cada uno se encuentra en un rincón del barco. Thomas en la cubierta. Jane y Andrew en sus respectivos camarotes. El alcohol hizo que Luke se quedara dormido en la mesa, con todas las cartas pegadas a la cara, mientras Frederick hace lo que puede para despertarlo. Amy ayuda a Henry a andar, mientras este le cuenta historias sin ningún orden ni sentido. El mar por su parte, está en absoluto silencio...
CONTINUARÁ... 
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Esta es una historia que estoy escribiendo, si os gusta, continuaré publicandola ;)

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